Muchas veces nos concentramos en lo que debemos hacer cuando pasamos un DELF. Sabemos que debemos estar atentos a todas las preguntas, sabemos que no podemos ir al baño durante el examen y que está prohibido el uso de teléfonos móviles: es decir, tenemos plena consciencia de nuestras obligaciones. Sin embargo, muy pocas veces nos preguntamos si tenemos derechos. En este artículo, pasaremos a revisar algunos de ellos para cada parte de la evaluación. Al final pasaré a contar una anécdota que resumirá todos los siguientes puntos:
1. El primer derecho reside en comenzar puntualmente nuestro examen a fin de que nos quiten tiempo.
Si el examen está programado a una hora, debemos solicitar que se respete esa hora fijada. De no ser así, deberán darnos el mismo tiempo que se demoraron en comenzar.
2. Tenemos derecho a contar con un audio claro. Es decir, la pista a veces puede tener ruidos de fondo que corresponden a, por ejemplo, una entrevista radial, una encuesta en la calle, por lo que se escuchará ruidos de autos y esto es normal. Lo que no podemos permitir es que la pista tenga vacíos, saltos o baches en los que no se escuche nada e impida responder adecuadamente a las preguntas. Esto sucede a veces como consecuencia de utilizar un equipo de sonido en malas condiciones o por un disco mal grabado.
3. Tenemos derecho a usar un lápiz. Si bien la respuesta final siempre se debe hacer con lapicero azul, se puede comenzar respondiendo con lápiz. Este uso lo recomiendo únicamente para la comprensión oral y expresión oral. Si escribimos la redacción con lápiz y después queremos pasar el lapicero encima, será una pérdida de tiempo.
4. Antes de ser evaluados en Producción oral, tenemos derecho a nuestro tiempo de preparación. Este puede variar dependiendo del examen DELF al que nos presentamos. Les sugiero tener un reloj de pulsera para controlar que se respete la hora fijada para su ingreso a la preparación y el término de la misma.
5. Cuando pasamos la expresión oral en sí misma, debemos también ser conscientes del tiempo del que disponemos. Además, el examinador debe respetar cada una de las partes y no saltarse ninguna, ya que cada etapa tiene un puntaje ya asignado y de saltarse una parte de la evaluación no seríamos evaluados completamente y esta nota pasaría a la subjetividad del examinador.
6. Es de suma importancia saber que tenemos derecho a no ser interrumpidos ni a ser juzgados oralmente. Si nos hacen una pregunta, el examinador puede proponer una idea contraria para fomentar el debate, pero no puede decirnos "Estás conjugando mal. No estás manejando bien el pasado. Te falta fluidez". Si el evaluador considera que estamos expresándonos mal, entonces tiene toda la facultad para manifestarlo en el puntaje que nos ponga según la tabla de notas, pero no puede decirnos eso de viva voz. En el caso de estar haciendo un monólogo, no puede interrumpirlo. Debe esperar que terminemos para poder iniciar el debate. Sólo podría cortar nuestra exposición para decirnos que el tiempo de nuestra evaluación ha terminado, en el caso que nos hayamos extendido mucho.
Caso real
Paso a narrar una situación real acontecida hace un par de años en un centro en el que se pasaban los DELF. Esto me fue contado por dos estudiantes que se presentaron al examen DELF B2.
Ese viernes entraron puntuales al aula, 8:00am. El examen debía comenzar a las 8:30am. Cuando pusieron la primera pista el audio no era bueno. El reproductor de CD se encontraba en mal estado y las pista no se escuchaba por completo, sino que se producían vacíos (Punto 2). Entonces el total de personas de esa aula fue repartido en tres grupos y llevados a otras aulas donde se colocaron otras sillas para que entraran todos. Esto provocó pérdida de tiempo para los que fueron cambiados de aula así como para los que estaban en las aulas que acogieron a estos grupos. Todo este trámite demoró unos veinte minutos. El examen entonces debía terminar veinte minutos más tarde de lo programado y así fue. Sin embargo, la concentración ya había sido interrumpida y se había generado intranquilidad en todos los postulantes.
Cuando el examen grupal terminó, todos pensaron que, lógicamente, las evaluaciones orales habían sido también postergadas otros veinte minutos, pero no fue así (Punto 1). En el caso del DELF B2, la preparación para la expresión oral debía durar treinta minutos, pero a ambas estudiantes solo les dieron diez minutos de preparación, (Punto 4) es decir, no les dieron tiempo de preparar correctamente sus exposiciones.
Cuando una de ellas pasó al aula de evaluación, presentó su tema de exposición a partir del texto que había leído en solo diez minutos. El examinador le dijo "Ese tema está mal. Estás repitiendo el mismo título del artículo" (Punto 6). Esto JAMÁS debió pasar. El profesor que evaluaba debió abstenerse de comentarios y simplemente calificar según los criterios de la tabla de puntuación. La estudiante se puso nerviosa, comenzó a dudar, y todo se fue al tacho. Al final, cuando ella acabó su exposición, tocaba que el profesor hiciera preguntas, pero solo le dijo "Eso es todo. Ya puede partir. Gracias". No fue evaluada en la totalidad de los criterios (Punto 5). Una preparación de medio año se perdió en solo unos minutos.
Espero que este artículo les ayude a hacer respetar sus derechos en caso de inconvenientes similares.
Por cosas como estas, es necesario estar correctamente preparados, incluso ante situaciones adversas e inesperadas.
En Institut Studio Français tenemos experiencia en la preparación de exámenes DELF y DALF. Nos centramos en responder a todas las exigencias de cada competencia evaluada así como las estrategias para ganar tiempo y ser más persuasivo.
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